Lyotard // Amador Fernández-Savater
En 1974, en un libro imposible, delirante y genial, Jean-François Lyotard propuso pensar el capital
(la economía política) como una “economía libidinal”. Es decir, sometida a los
dos mismos principios que rigen las pulsiones inconscientes y el deseo según Freud:
el Eros y la pulsión de muerte.
El capital se describe así como una especie de “centauro”. Sus
cuartos delanteros reproducen un sistema regulado por la mercancía, la ley del
valor-trabajo y el dinero. Es la dimensión “erótica” del capital: circular,
global, orgánica, estabilizadora, ordenadora. Sus cuartos traseros se alimentan
en cambio de robar energías sobreexcitadas. Es la dimensión “mortífera” del
capitalismo: la conquista imperial, la especulación, el saqueo. Por un lado, el
capital se apropia, conserva, reinvierte, reproduce lo mismo y por los mismos
canales; por otra, toma y destruye, roba y huye, cavando otros espacios y otros
tiempos. Moneda de pago de un lado y moneda de crédito de otro.
A través de analogías muy sugerentes con prácticas sexuales
históricas (entre los griegos, los lidios, los chinos…), Lyotard despliega esta
intuición deslumbrante de la economía política como “economía libidinal”, con
una potencia visionaria e inspiradora que puede ayudarnos cuarenta años más
tarde a captar mejor algunos fenómenos que atraviesan nuestra vida cotidiana:
la gentrificación, el fracking, el deseo puesto a trabajar, el expolio y la
expropiación de los bienes comunes, etc.
Este curso propone pensar el
capitalismo como economía libidinal con la ayuda de herramientas
conceptuales del filósofo Lyotard, a quien no hace falta haber leído para
asistir a este curso, e imaginar formas adecuadas de resistencia, sabotaje e
interrupción.