Entrevista con Joâo Pedro Stédile, dirigente del Movimiento Sin Tierra y de Vía Campesina
Además de deforestar, los
deforestadores alteran el equilibrio de la naturaleza. Sus métodos desafían a
la imaginación. Ahora utilizan aviones para fumigar herbicidas en vasta
regiones de la Amazonia.
Un crimen de lo más grave que, como analiza Joâo Pedro
Stédile, uno de los principales líderes del Movimiento de los Trabajadores
Rurales Sin Tierra (MST), revela la prepotencia de los grandes propietarios de
tierras de la región. Stédile fue entrevistado por Lobo Suelto!
¿Cómo evalúa las recientes informaciones sobre la utilización de
herbicidas en la deforestación de áreas de la Amazonia?
JPS: Es una vergüenza. Demuestra la prepotencia de los grandes
propietarios de tierra, que se consideran señores absolutos de la naturaleza y
actúan sin ninguna responsabilidad social. Actúan al contrario de lo que
determina nuestra Constitución, que condiciona la propiedad de la tierra a su
uso en función social y de respeto al medio ambiente. Se trata de un
doble crimen. Primero porque deforestan más allá de lo permitido y por eso
fueron multados por el IBAMA (Instituto Brasileño del Medio Ambiente). Segundo,
porque usan un veneno de una composición de origen químico, que mata todas las
formas de vida vegetal y animal, lo que altera el equilibrio de la naturaleza.
Todo para plantar el monocultivo de las pasturas, criar vacas y buscar siempre
la ganancia máxima, sin ningún compromiso con los demás.
¿Cuáles medidas deben ser tomadas para ampliar el control e impedir la
deforestación del país?
JPS: Primero, espero que no haya ningún cambio en el código forestal,
que está siendo discutido en el Congreso. Hay que mantener los condicionantes
de que en el Bioma de la
Amazonia debemos preservar el 80 por ciento de cada propiedad
con reserva legal, además del respeto de las áreas de preservación permanente a
lo largo de los ríos, de las fuentes de agua y en la cima de las montañas. Y de
la misma forma, en el Bioma Cerrado [1] se mantengan las reglas actuales,
porque ahora éste es el Bioma más agredido por el modelo del agronegocio,
con la expansión de la soja y de la caña de azúcar.
Segundo, es necesario reforzar los organismos federales y estaduales de
fiscalización para que controlen, apliquen la ley y las penalidades
correspondientes a quienes la violen. Tercero, es preciso crear un mapa
agrícola restrictivo, que impida acceder al crédito rural y a otros incentivos
para, por ejemplo, vedar el avance de la soja y la ganadería por arriba de
determinado paralelo en la
Amazonia Legal. Cuarto, el gobierno brasileño debería
prohibir la exportación de madera originaria de los bosques nativos. Así
eliminaría un mercado externo que no beneficia al pueblo brasileño y sólo
atiende a la ganancia de las empresas transnacionales. Y quinto, que se
impida cualquier modalidad de fabricación de carbón vegetal, con el bosque
nativo, con los Biomas del Cerrado y de la Amazonia. Y que se
aplique la Constitución
en lo que ella determina: las propiedades que no cumplen la función social y no
respetan el medio ambiente, tienen que ser expropiadas y destinadas a la
reforma agraria.
¿Y eso está sucediendo?
JPS: A pesar de ser un dispositivo de la Constitución, hasta
hoy el INCRA (Instituto Nacional de Colonización y Reforma Agraria), por ese
motivo, expropió apenas una hacienda en el valle de Jequitinhonha (MG). Pero
podría ser aplicado a centenares de grandes propietarios infractores. Basta
saber que, según el IBAMA, las multas aplicadas a grandes propiedades
suman hoy más de 6 mil millones de Reales. Ese es también uno de
los motivos de lo cambios en el Código Forestal, pues esos latifundista infractores
(entre ellos tres diputados federales) quieren una amnistía. Lo que
tendríamos que hacer es, en lugar de una amnistía, expropiarlos y distribuir
las tierras para la reforma agraria.
Por último, necesitamos cambiar nuestra política de producción de carne
bovina, que hoy se destina en su mayor parte a la exportación, como carne
natural, sin ningún proceso de industrialización. Somos exportadores de
naturaleza y no de trabajo, de mano de obra. Así, exportaríamos menos, pero con
mayor valor agregado y desarrollaríamos una ganadería intensiva, sin depender
de la expansión de la
Amazonia.
¿Cómo se posiciona el MST frente a ese tipo de prácticas y cuáles
acciones propone?
JPS: El MST, y los otros movimientos de la Vía Campesina, la Federación Nacional
de los Trabajadores de la Agricultura Familiar (FETRAF), sectores cutistas
de la
Confederación Nacional de los Trabajadores de la Agricultura (CONTAG),
los movimientos ambientalistas, las pastorales sociales que actúan en el medio
rural y los investigadores agrarios de nuestras universidades, tenemos una
posición unitaria en torno de esos temas, defendiendo las tesis que expuse
anteriormente.
Por eso como movimiento, sólo nos sumamos a ese clamor unitario. Todos
tenemos la misma visión sobre los problemas de la necesaria preservación del
medio ambiente. Por eso todos levantamos la bandera de que es
posible seguir aumentando la producción de alimentos de manera sustentable,
mejorando las técnicas de producción agrícola. Sin necesidad e talar ningún
árbol más. ¡Defendemos la bandera de la deforestación Cero! En defensa de
nuestras forestas y de la riqueza de nuestra fauna. Por otro lado, nos unimos
todos, entidades, movimientos, universidades y sectores gubernamentales de la Agencia Nacional
de Vigilancia Sanitaria(ANVISA), Fiocruz, Instituto Nacional del Cáncer, en una
campaña nacional contra el uso de agrotóxicos y por la vida. Contra esa
práctica del modelo del agronegocio, con su irresponsabilidad y agresión al
medio ambiente y a la salud de las personas mediante el uso de los venenos
agrícolas. Práctica que ha transformado al Brasil en el mayor consumidor
mundial de venenos y que, en última instancia, representa sólo ganancias para
nueve empresas transnacionales.
Nota: [1] El Bioma Cerrado está ubicado en la región
del Planalto Central, que ocupa el 24 por ciento del territorio brasileño, algo
así como dos millones de kilómetros cuadrados.