La noche del apagón de los Blaquier aún continúa en Ledesma

Caprichosamente se repite la historia: hace 35 años una comisión directiva de la FOTIA, el sindicato de los obreros azucareros, estaba en manos de compañeros combativos; el 10 de junio pasado ganó la lista gris enfrentada a la vieja conducción burocrática y se largó la misma cacería como hace 35 años. Por el Viejo Nano.


Entre el 20 y el 27 de julio de 1976, las fuerzas de seguridad de la dictaduraejecutaron uno de sus innumerables temibles operativos. Esta vez, fue la zona el ingenio azucarero Ledesma de Jujuy el escenario elegido para llevar a cabo el plan. Durante una semana el ingenio cortó la luz de noche para que los militares pudieran secuestrar, porque la FOTIA, el sindicato de los obreros azucareros, estaba dirigido por verdaderos sindicalistas y se conseguían reivindicaciones que el ingenio no estaba dispuesto a tolerar.

El primer corte de energía eléctrica ocurrió el 20 de julio a la medianoche en Libertador Gral. San Martín y Calilegua. En esa época, quien disponía de la energía para todos los pueblos era el ingenio Ledesma, ellos eran quienes distribuían la luz.


La vinculación entre el ingenio Ledesma y el accionar del aparato represivo fue denunciada por numerosos testigos y no se limitó solamente a facilitar los cortes de luz para que el operativo quedara en la sombra, al extremo que los que hoy nos ponen como garantía de seguridad en la capital y en la provincia,la Gendarmería tenía una base, un campo de concentración dentro del propio ingenio.

Cuarenta y tres camionetas de Ledesma actuando con total impunidad, acorralando gente y llevándosela en sus móviles a la base de Gendarmería del ingenio, de los 400 que encarcelaron en esos días, 30 siguen desaparecidos.

“Hasta hoy las marcas son de todo tipo, físicas, psicológicas y sociales, explica Ernesto Saman, quien en aquel entonces tenía 23 años y era empleado administrativo en el ingenio Ledesma. Estaba casado y tenía un bebé de siete meses cuando lo secuestraron.

“Vendados, tabicados, golpeados, hacinados, hambrientos, desposeídos de nuestros bienes e identidad, a muchos de los desaparecidos de los apagones nos llevaron a Guerrero, otro campo de tortura”, sigue contando Ernesto y continúa: “Se declaraba al lado del baño, en una habitación donde había un tipo que te hacía preguntas mientras los demás te torturaban, el obispo José Miguel Medina estaba en la sala de tortura”.

A 35 años de aquellas terribles noches pagadas por la familia Blaquier y ejecutada por policías y gendarmes, se repiten hoy con nuevos asesinatos de trabajadores y de vecinos. La familia Blaquier fundó el ingenio azucarero Ledesma en Jujuy en 1909, hoy cuenta con 120.000 hectáreas de las mejores tierras. La provincia de Jujuy tiene un territorio de 53.000 kilómetros cuadrados, Blaquier tiene 1200 kilómetros cuadrados de esos 53.000 de la provincia y especialmente son territorios llanos, aptos para el sembradío de caña, teniendo en cuenta que solo el 50% del territorio son valles... En las montañas no se puede sembrar, además esta familia patricia es la dueña de la provincia desde el punto de vista político, es su feudo, aunque también tiene un gran criadero de cerdos, el más grande del país en Roque Jerez, Buenos Aires.

Además ese ingenio creció cuando la dictadura de Onganía cerró varios ingenios de Tucumán, dándole preferencia a los Blaquier por un convenio especial. La toma que hicieron los vecinos de la localidad de San Martín no era para sembrar caña para hacerle la competencia: son 15 hectáreas, son para construir viviendas. Le quedan a Blaquier 1185 para seguir explotando trabajadores.

Ahora el gobierno de la provincia ha mandado un proyecto de ley para expropiar esas 15 hectáreas. ¿Tuvo que haber 4 muertos de nuevo y 60 heridos para que se mande esa ley? El gobierno de la provincia y los voceros del gobierno nacional le echan la culpa al juez que ordenó el desalojo, pero ¿y la policía que actuó junto a los matones de Blaquier a órdenes de quien estaban, de los extraterrestres?


Extracto asamblea de la FOTIA
Julio de 2011
La asamblea ha tomado la decisión de realizar este segundo paro, siendo el primero realizado el 7 de julio con un acatamiento del 90%, acatado por trabajadores del campo y de la fábrica, en función de la falta de avances en las negociaciones y las negativas de respuestas del ingenio Ledesma por las condiciones de trabajo y por el reclamo salarial.

En cuanto a las condiciones de trabajo, el gremio reclama quitar la ley agraria, ya eliminada en otros ingenios a tan sólo 50km de distancia. De acuerdo al secretario general del gremio, Ariel Vargas, por esta ley “los días de lluvia le significan al compañero de campo que cuando llueve no pueda trabajar, lo lleven al lugar de trabajo y se vuelva con las manos vacías para su casa sin que le puedan reconocer un peso. Eso ya está solucionado en otros lugares”. Respecto del reclamo salarial, Vargas recuerda que “nosotros hasta la última paritaria teníamos el salario más bajo del país en materia azucarera.

La nueva conducción del sindicato -que el 10 de junio pasado ha ganado con la Lista Gris de forma avasallante a las listas burocráticas y propatronales- ha iniciado una mecánica democrática de decisiones por asamblea, donde se ha tomado la resolución de hacer estas medidas de fuerza calificadas de históricas por los trabajadores y pobladores de Libertador General San Martín, ciudad presa de los designios del poderoso Ingenio Ledesma.



Carta de lectores en el diario La Nación de Carlos Pedro Blaquier, dueño del Ingenio Ledesma:

“La envidia igualitaria:

La naturaleza ha puesto en los hombres muchísimas y muy grandes desigualdades.

No es igual su salud, ni su inteligencia, ni su voluntad, ni su talento para sus diversas funciones, y de esta inevitable desigualdad deriva como consecuencia la desigualdad de las situaciones de vida.

Además, los hombres mejor dotados han sido siempre minoría.

De todo lo cual resulta que son muchos menos los que están en los sectores más altos que los que se encuentran más abajo.

Pretender eliminar estas desigualdades es ir contra el orden natural de las cosas y desalentaría a los más aptos para realizar la labor creadora del progreso a la que están llamados”.